Este jueves el Banco Central (BCRA), tras la difusión del IPC de septiembre, elevó la tasa de interés del plazo fijo a 15 puntos y la dejó en 133% anual. Esto representa un rendimiento mensual del 11% frente a una inflación que lleva dos meses por arriba del 12%. A su vez, la tasa de las Leliq registró una suba similar. Sin embargo, esta suba no sería suficiente para dejar a los ahorristas por encima de la inflación.

«Incluso luego de esta suba, la tasa real sigue siendo negativa y, sin perspectivas de que haya una desaceleración fuerte de la inflación para los próximos meses, pierde aún más su atractivo. Por lo tanto, el efecto que puede llegar a tener como ancla sería, en el mejor de los casos, limitado», afirmó Rocío Bisang, economista de Eco Go. El organismo por su parte, justificó la decisión con esta misma dinámica de precios: «La inflación mensual mostraría una desaceleración significativa en octubre», dijo el BCRA y explicó que «considera conveniente incrementar la estructura de tasas de interés de la economía para consolidar esta tendencia».

«La política de tasa de interés del Banco Central busca propender hacia retornos reales positivos sobre las inversiones en moneda local, con el fin de preservar la estabilidad monetaria y cambiaria», completó la entidad. Las autoridades del BCRA analizaron largamente la conveniencia de subir o no la tasa de interés esta semana. Por un lado, se le reclamaba a la entidad alguna reacción frente a la corrida cambiaria que llevó al dólar blue a superar los $1000 y a la inflación a anotar la segunda variación consecutiva arriba del 12%. Por otro, cada punto de tasa genera más costos al organismo y la efectividad de la herramienta monetaria es acotada.

En un contexto dónde hubo una importante suba del dólar blue y los financieros también están en valores elevados, es esperable que una de las medidas para combatirlo sea la de subir las tasas este mes. Sin embargo, para el economista Gabriel Caamaño, socio de consultora Ledesma, la decisión no tendrá efecto alguno en este contexto de «desanclaje total de las expectativas desde la política, con irresponsabilidad fiscal presente y futura».

«Las tasas de los futuros de dólar que no están intervenidas están en cuatro dígitos, las brechas cambiarias arriba de 150%… No tiene mucho sentido aumentar la tasa. Para que la tasa real compense realmente el nivel de incertidumbre que hay, deberían subirla demasiado. Para mí no sirve para nada por sí sola y con todo lo demás en contra», agregó.