Aunque el técnico argentino confía en el rendimiento del plantel, le crea dudas el organigrama de partidos. También le inquieta el tiempo qué tendrá para trabajar antes de Qatar. Lionel Scaloni pasa los días en su casa de Mallorca empapado de fútbol. Desde Buenos Aires le llegan videos e informes de Arabia Saudita, México y Polonia, los rivales que tendrá Argentina en el Mundial de Qatar.

A siete meses para el comienzo del Mundial, el director técnico no quiere dejar detalles librados al azar. Es por ello que también lo invaden algunas preocupaciones vinculadas con la preparación; y otras con la particular época del año en que se jugará el certamen para evitar el calor insoportable del verano árabe. El mismo no será a mitad de año como es costumbre sino del 21 de noviembre al 18 de diciembre.

Existen dos temas que, en la intimidad, le quitan el sueño al entrenador. Uno es el de la incertidumbre de la cantidad de partidos que Argentina jugará antes del Mundial. Y el otro es el muy escaso tiempo de trabajo en el que podrá disponer de los futbolistas en los meses previos; y también en la antesala definitiva, ya que las ligas europeas finalizarán demasiado cerca del comienzo del certamen.

Por ahora solo tiene la certeza de que el 1 de junio enfrentarán a Italia, en Londres, por la final Euroamericana. Todo lo demás son rumores. Uno de ellos dice que el clásico suspendido ante Brasil podría jugarse unos días después del choque ante los italianos en Wembley. Esto sería para inaugurar el estadio Lusail, sede de la final del Mundial y del primer encuentro de Argentina en Qatar, ante Arabia Saudita.

No todas son preocupaciones

Scaloni quedó muy conforme luego de resolver recientemente otro de los temas que lo inquietaba: el lugar de concentración y entrenamiento del esquipo. El técnico quería un predio donde los futbolistas pudieran practicar y descansar; evitando traslados para ir a entrenar, y eso es lo que podrán hacer en el complejo de la Universidad de Qatar. Se trata de un predio gigante, de 25.500 metros cuadrados, con más de ocho canchas de primer nivel

Futuro esperanzador

Scaloni, en definitiva, tiene preocupaciones razonables y a la vez llevaderas, acaso las mismas que tendría cualquier otro colega suyo estando en su lugar. Por lo menos hasta ahora, no se perciben problemas serios a la vista.

En el fondo, el técnico está tan entusiasmado como los hinchas argentinos. Todos deseosos de que el actual invicto de 31 partidos que ostenta el equipo; se extienda hasta el 18 de diciembre, cuando se juegue la final del Mundial, buscando la anhelada y hasta ahora esquiva Copa del Mundo.