Con el reciente veto a la ley de movilidad jubilatoria, los jubilados en Argentina enfrentarán un escenario distinto al esperado para octubre de 2024. El haber mínimo para jubilados tendrá un leve aumento del 4,17%, pasando de $234.539 a $244.324,61. Sin embargo, el bono de $70.000, que se mantendrá, permitirá que aquellos con la jubilación mínima alcancen un total de $314.324,61. Lo que representa una mejora del 3,21% en sus ingresos totales. Pese a esto, la inflación elevada sigue erosionando el poder adquisitivo de los jubilados.

El aumento previsto originalmente con la ley vetada habría sido mayor, con una suba del 8,1% en septiembre, llevando la jubilación mínima a $253.303 y, con el bono, a $323.303. En lugar de ello, la fórmula actual sigue vinculando los aumentos a la inflación, aunque no de manera tan beneficiosa como la frustrada ley. Además, otros tipos de pensiones, como la Pensión Universal al Adulto Mayor (PUAM), también recibirán incrementos con el bono, pasando de $257.632 a $265.404,27.

El rol del bono es crucial para más del 65% de los jubilados que dependen de este refuerzo para mitigar la pérdida de poder adquisitivo. Aunque es una ayuda temporal, los ajustes mensuales vinculados a la inflación no logran compensar completamente el impacto de la subida constante de precios en la economía.

En cuanto a las pensiones no contributivas, estas verán un aumento menor, pasando de $234.177 a $241.970 con el bono, mientras que la jubilación máxima subirá un 4,17%, alcanzando los $1.644.081. Estos aumentos se ajustan de acuerdo con la inflación, aunque siguen siendo insuficientes para contrarrestar la caída del poder adquisitivo.