El dólar blue se encuentra en medio de una tensa escalada. Ayer, la cotización del tipo de cambio informal aumentó en $22, cerrando en $596, al borde de cruzar la barrera de los $600. Este incremento encendió las alarmas sobre un posible traslado hacia los precios.

La cercanía de las elecciones y las complejidades económicas generales, agravadas por la sequía que hará que Argentina pierda aproximadamente US$20.000 millones este año, ejercen presión sobre la brecha cambiaria. Se estima que alrededor de un tercio de los precios están siguiendo el ritmo del tipo de cambio paralelo, ya sea el dólar blue o el dólar contado con liquidación, que también roza los $600.

Matías De Luca, economista de la consultora LCG, comentó que hay dos factores que explican que el aumento del dólar blue se traduzca en un incremento de los precios. «El Gobierno continúa ajustando el dólar financiero y limita las operaciones con esos tipos de cambio, lo que otorga mayor relevancia al dólar blue. Con esta volatilidad en el dólar blue, los comerciantes tienden a protegerse mediante el ajuste de los precios», señala. 

Por otro lado, afirma que el Gobierno está «fomentando una mayor nominalidad». En otras palabras, el Banco Central (BCRA) ha autorizado en las primeras cinco jornadas del mes una devaluación del dólar oficial en línea con un 12% mensual.

Juan Ignacio Paolicchi, analista de la consultora Empiria, añade que la inflación de agosto se situará «por encima del 8% mensual». Este aumento se debe en parte al avance del dólar blue y, por otro lado, al incremento en los precios de la carne, así como a los aumentos en los precios regulados, como en el caso de la electricidad.