En un giro inesperado en la distribución de competencias del gobierno, el presidente Javier Milei decidió que el manejo de las empresas del Estado recaerá en el ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo. Esta decisión llega apenas dos semanas después de la creación del Ministerio de Modernización. Y sin que Milei se reuniera con su asesor, Federico Sturzenegger, experto en desregulación.

La medida se tomó mientras el Senado debatía la Ley Bases. Tras la salida de Nicolás Posse de la Jefatura de Gabinete, se había acordado que las sociedades del Estado formarían parte de una Unidad Transitoria Ejecutora, dirigida por Diego Chaher y supervisada por Guillermo Francos. Sin embargo, Mauricio González Botto, titular del área desde diciembre, aún no presentó su renuncia.

En la Casa Rosada explican que la demora se debe a la necesidad de negociar en buenos términos con Sturzenegger, a quien Milei admira y respeta. «Depende de definiciones macro, de la figura bajo la que van a funcionar, etcétera«, señalaron. En la práctica, las empresas que se vendan o desmantelen formarán parte de la Unidad Ejecutora, pero su funcionamiento dependerá del área correspondiente. Por ejemplo, Aerolíneas Argentinas, que fue rechazada como privatizada en el Senado, pero podría reincorporarse en Diputados, pasaría a la Secretaría de Transporte. Aunque su privatización estaría en manos de Chaher y, en última instancia, de Caputo.

Esta decisión representa un revés para Sturzenegger, ideólogo del DNU 70/2023 de desregulación, elogiado por Milei en su discurso en la Fundación Libertad. Sturzenegger tenía en mente su proyecto «Hojarasca» y pretendía controlar las empresas públicas. «Lo que mejor hace Federico es optimizar y desregular, de eso queremos que se ocupe, es lo natural», explicaron desde el Gobierno.