La causa tiene como protagonistas a dos hombres, Gabriel Acuña de 26 y José Domingo Acuña de 52, ambos quedaron en manos de la justicia luego de que efectivos policiales hayan desbaratado su «quiosco» de drogas que funcionaba cerca de una escuela de Simoca. El operativo estuvo en manos de la Unidad Regional Oeste y de la Dirección General de Drogas Peligrosas, supervisado por el comisario Jorge Nacusse.

En el allanamiento se secuestró medio kilo de marihuana, 220 semillas de cannabis, una «piedra» de cocaína de 42 gramos y 12 pastillas de psicofármacos. Además, sustrajeron elementos característicos del narcomenudeo, dos balanzas con restos de cocaína «envoltorios» de plástico y tijeras. De los elementos pertenecientes a la casa se llevaron un auto Peugeot 206, una moto Honda CG Titán, una computadora, 13 celulares y $160.000. Aparte de estos elementos, en el domicilio habían 12 gallos en jaulas que eran usados para la riña.

El comisario Nacusse explicó que detuvieron a dos hombres, padre e hijo, quienes se dedicaban a la venta de marihuana y cocaína en un domicilio cercano a una escuela en un paraje rural apodado «Yerba Buena». Si bien tenían compradores en esa zona, su modus operandi era salir a vender y entregar en Simoca y a veces en Monteros. Por otro lado comentó que el más joven de los Acuña, ya había sido detenido en otras oportunidades por la misma razón donde le encontraron 20 plantas de marihuana y muchas dosis de cocaína.

Advirtió de muchos casos vistos últimamente donde son los niños quienes son absorbidos en este estilo de vida por los padres, recordando el caso del arresto a la madre que vendía con su hija de 9 años y que, en caso de que las descubran, la niña era la encargada de salir corriendo con las dosis, aunque este plan se vio frustrado.