La inflación se aceleró con fuerza, alcanzando la variación mensual más alta desde 2002. Sin embargo, durante marzo registró un crecimiento en el consumo masivo. Así se desprende de un relevamiento privado, que también hace mención a la brecha que existe en las ventas entre las grandes cadenas de supermercados y los autoservicios de cercanía.

Según el informe de la consultora Scentia, en marzo, el consumo registró un crecimiento de 1,6% frente al mismo mes del 2022. Un dato que, según resaltaron desde la firma, sorprende. “Dado el contexto y las bases de comparación, las expectativas sobre el comportamiento del consumo (INDEC) no son optimistas. Si bien veíamos un crecimiento sostenido del canal supermercados, el comportamiento a la baja de los negocios de barrio neutralizaba esa situación».

Estos datos siguen reflejando esta dualidad en el consumo, que muestra una dinámica muy dispar entre en los supermercados (lo que llamamos grandes superficies) respecto de los comercios minoristas”, analizó Santiago Manoukian, de Ecolatina.

Finalmente, al explicar alguno de los factores Manoukian concluyó: “Todo esto, se da en un marco donde tanto los trabajadores informales como formales, tienen una propensión marginal a consumir. Esto es, la contracara de bajos niveles de ahorro. Cada peso que entra, sale. Los pesos queman. Se daría el concepto de que la aceleración inflacionaria muchas veces es pro-consumo. Aunque lo es hasta cierto punto, porque el salario real ya ha comenzado a caer. Y, estimamos que este año, la tendencia de los ingresos, en general, es hacia la caída”.