Las altas temperaturas del verano pueden tener un impacto no solo en la salud física, sino también en el bienestar emocional. Un estudio que analizó a más de 2 millones de personas reveló un aumento en las visitas a departamentos de emergencias durante períodos de calor, con incidencias relacionadas con problemas psiquiátricos y de salud mental. El calor extremo puede contribuir a la irritabilidad, malestar físico y alteraciones en los patrones de sueño, generando estrés y nerviosismo.

El Dr. Robert Bright, psiquiatra de Mayo Clinic, destaca que la compasión hacia uno mismo y hacia los demás es esencial, ya que todos enfrentan desafíos. Recomienda evitar reacciones impulsivas y reflexionar sobre la situación desde un alto nivel cognitivo.

El calor también puede interactuar con ciertos medicamentos psiquiátricos, aumentando el riesgo de problemas médicos y psiquiátricos. Algunos fármacos, como los diuréticos, pueden causar deshidratación y afectar el estado mental. Los medicamentos para enfermedades mentales, como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, pueden alterar la regulación del calor y la capacidad para sentir el aumento de temperatura.

Ante el impacto del calor intenso, buscar ayuda es fundamental. Si se siente abrumado, se recomienda acudir a la guardia o contactar a un médico. En cuanto a medidas preventivas, encontrar lugares frescos, como espacios públicos con aire acondicionado, puede ayudar a reducir el estrés por el calor. La importancia de cuidar la salud mental en épocas de altas temperaturas es fundamental para mantener la estabilidad emocional.