Tradicionalmente, octubre es un mes desafiante para que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) adquiera dólares en el mercado, debido a la disminución estacional de las liquidaciones de exportaciones y al incremento de la demanda de importaciones. Esta situación suele resultar en un saldo vendedor para el BCRA en sus intervenciones cambiarias. Una tendencia que se acentúa en años con restricciones cambiarias o «cepo».

Sin embargo, en las últimas semanas, el BCRA ha logrado resultados positivos en la compra de divisas, atribuibles a un aumento en la confianza inversora en el Gobierno. Desde septiembre de 2024, los depósitos en dólares en efectivo del sector privado se incrementaron en más de USD 11.000 millones. Alcanzando un stock superior a los USD 30.000 millones, cercano a los niveles máximos de agosto de 2019. Este crecimiento en los depósitos contribuye al aumento de las reservas internacionales brutas del BCRA.

El incremento de los créditos en dólares juega un papel clave en la mejora de las reservas netas. Según el exvicepresidente del BCRA, Jorge Carrera, las financiaciones en dólares, ya sean a través de Obligaciones Negociables (ON) o créditos bancarios, generan una mejora en las reservas netas propias del Banco Central. Al otorgar créditos en dólares que se liquidan en pesos, se incrementa la oferta de dólares en la economía. En consencuencia, se fortalecen las reservas netas de la entidad.

No obstante, al finalizar estos préstamos, los prestatarios deberán adquirir dólares en el Mercado Libre de Cambios (MLC) para saldar capital e intereses, lo que podría reducir las reservas netas. A corto plazo, este mecanismo ha sido efectivo para que el BCRA compre dólares. Y se espera que tenga un impacto aún mayor debido al crecimiento previsto de los préstamos en dólares ofrecidos a tasas atractivas. Como por ejemplo, el 2,5% anual a 180 días.

Analistas como Christian Buteler señalan que quienes toman créditos en dólares enfrentan un riesgo cambiario acotado por el «crawling peg» del 2% mensual. Esta confianza en la estabilidad cambiaria y la ausencia de saltos bruscos en el tipo de cambio incentivan la toma de créditos en dólares. Contribuyendo al fortalecimiento de las reservas internacionales y permitiendo al BCRA atravesar un octubre récord en compras de divisas.