Reacomodamiento político: la UCR y el PJ se encuentran batallando en sus propias internas
La reciente fractura del bloque de diputados radicales ha expuesto de manera contundente el deterioro que enfrenta la Unión Cívica Radical (UCR), el partido con mayor trayectoria en Argentina. Este quiebre se produjo casi simultáneamente con la revelación pública de la crisis interna que atraviesa el Partido Justicialista (PJ), evidenciando una creciente hiperfragmentación en la política tradicional del país. Este escenario plantea interrogantes sobre el futuro político de figuras como Javier Milei, quien podría beneficiarse de la debilidad de las dos grandes fuerzas partidarias.
La ruptura del bloque de la UCR, originada por la creación de la bancada “Democracia para Siempre” liderada por Martín Lousteau y Facundo Manes, ha generado tensiones internas que ponen en riesgo la cohesión del partido. Esta división no solo afecta la dinámica legislativa, sino que también complica la construcción de un frente unificado frente al oficialismo. Por otro lado, el PJ enfrenta su propia batalla interna, con tensiones derivadas de los costos de su última gestión y disputas por la conducción del partido, lo que añade complejidad al panorama político nacional.
Impacto en el Congreso y en las alianzas políticas
En la UCR, la salida de 12 diputados para formar “Democracia para Siempre” deja un bloque reducido de 21 legisladores. Este nuevo grupo se posiciona firmemente en la oposición dura, rechazando cualquier iniciativa del Ejecutivo y alineándose con el peronismo/kirchnerismo. Mientras tanto, los diputados restantes intentan mantener un bloque de 20 miembros, exigiendo la salida de Mariano Campero y estableciendo condiciones estrictas para la convivencia interna, como la realización de reuniones oficiales exclusivamente en el ámbito parlamentario y la aprobación previa de los temas a tratar con el Poder Ejecutivo.
En el ámbito del PJ, las disputas internas han llevado a una desarticulación que refleja una falta de consenso sobre la dirección futura del partido. Las tensiones entre distintos líderes y la lucha por el control partidario han debilitado la capacidad del PJ para presentar una postura unificada en el Congreso, incrementando la fragmentación y dificultando la adopción de políticas coherentes.
Estrategias electorales y desafíos futuros
Ambas marcas partidarias, la UCR y el PJ, enfrentan el desafío de reacomodarse políticamente mientras se preparan para las próximas elecciones. El oficialismo, por su parte, aprovecha esta fragmentación para fortalecer su discurso agresivo y ampliar la grieta política, buscando capitalizar la debilidad de sus principales opositores. Sin embargo, esta estrategia también conlleva riesgos, ya que la hiperfragmentación puede generar un ambiente de inestabilidad que podría afectar las relaciones con organismos internacionales y los mercados financieros.
El presidente Milei, al capitalizar la debilidad de la UCR y el PJ, podría consolidar su posición como una alternativa emergente en un escenario político cada vez más polarizado. No obstante, la efectividad de esta estrategia dependerá de su capacidad para presentar propuestas claras y coherentes que atraigan a un electorado desilusionado con las opciones tradicionales.