Desde el comienzo de la semana, el gobernador, Osvaldo Jaldo, se reunió con el ministro de Desarrollo Productivo, Álvaro Simón Padrós; la Comisión de Emergencia Agropecuaria, empresarios y delegados comunales para evaluar los daños que se produjeron en los viñedos del Valle Calchaquí. Debido a una helada extraordinaria, registrada el 1 de noviembre que afectó los campos de las 18 bodegas vitivinicolas tucumanas. Lamentablemente, el daño sobre los campos, superó el 80%.

La presidenta de la Cámara de Bodegas y Viñedos de Tucumán, Silvia Gramajo, habló con los colegas del programa radial Café Prensa, sobre la situación actual. «Lamentablemente, el sector está devastado. Logramos que se declare la emergencia, pero eso no nos alcanza. Hemos llegado al punto de intercambiar las experiencias con ingenieros y técnicos; y nadie recuerda haber visto una situación así. Hemos perdido la totalidad de la producción«.

Respecto a la calificación, Gramajo afirma que luego de las reuniones con el Gobierno, lograron que se declare el ‘desastre agropecuario‘, que se da cuando se pierde más del 80% de la producción. En este caso, en toda la zona del Valle Calchaquí Tucumano. «Es muy posible que no tengamos nuevos cultivos vitivinícolas hasta el año 2025. El problema daña todo el tejido social, económico y cultural de la zona; que trabajamos como ‘Ruta del vino’, aprovechando el turismo«.

En nuestra provincia, hay actualmente 12 bodegas funcionando, como parte de 18 emprendimientos vitivinícolas. «Cada uno vio muy afectada su producción, porque no tenemos forma de conseguir las materias primas en provincias vecinas«. En cuanto a la reserva aún disponible, «estamos fraccionamiento los vinos cosechados en marzo de este año. Si no hay una ayuda, tendremos que salir a vender a quebranto para poder pagar las deudas. En junio de 2023 nos quedaríamos sin vinos«, concluyó Gramajo.