El reciente Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), anunciado por el Gobierno, abre una puerta importante para que Argentina ingrese al competitivo mercado de los autos híbridos y eléctricos. El programa fue diseñado por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger. Y su objetivo es el de atraer inversiones hacia la innovación tecnológica, un área clave para el desarrollo del país en los próximos años.

El RIGI fue presentado como una oportunidad para sectores estratégicos, pero inicialmente la industria automotriz quedó fuera del alcance de sus beneficios. Sin embargo, con la posibilidad de acogerse al apartado de “Tecnología”, el sector automotriz argentino podría ahora aprovechar los incentivos fiscales ofrecidos por este régimen. Siempre y cuando se enfoque en la movilidad basada en nuevas tecnologías de motorización y tecnologías de transición energética.

Movilidad tecnológica: una oportunidad para Argentina

Este programa abarca principalmente vehículos 100% eléctricos (BEV) y diversas formas de autos híbridos. Desde los micro híbridos (MHEV), híbridos enchufables (PHEV), hasta los híbridos convencionales o autorecargables (HEV). También se consideran proyectos innovadores relacionados con combustibles alternativos como los e-fuels o el hidrógeno, siempre que cumplan con los requisitos específicos del RIGI.

El Gobierno establece que las inversiones en este sector deben ser de al menos 200 millones de dólares, con un compromiso de invertir el 40% de ese monto dentro de los dos primeros años tras la aprobación del proyecto. Además, si se trata de una inversión extranjera, al menos el 20% de los componentes del producto final deben ser de origen argentino.

Posibles beneficios y ejemplos de aplicación

Para las terminales argentinas o las compañías extranjeras interesadas en la electromovilidad o en proyectos de movilidad sustentable, el RIGI representa una gran oportunidad. Por ejemplo, si una empresa decide fabricar un nuevo modelo híbrido en el país, no solo los componentes tecnológicos del vehículo estarían alcanzados por los incentivos, sino todo el automóvil en su conjunto.

Este régimen también podría permitir que Argentina reciba proyectos que hasta ahora solo se radicaban en Brasil con beneficios impositivos, como es el caso del programa MoVer (Movilidad Verde). Actualmente, marcas como Toyota y Ford ya comercializan modelos híbridos en el mercado argentino. Otras compañías como Stellantis, Volkswagen, Nissan y Renault tienen previstas inversiones en este tipo de vehículos en los próximos años.

Perspectivas futuras y desafíos a superar

La mayor oportunidad para la industria local podría radicar en la producción de pick-ups híbridas. Un segmento en el que Argentina ya tiene una fuerte presencia con modelos como la Hilux de Toyota, la Ranger de Ford y la Amarok de Volkswagen.

A pesar de las ventajas que el RIGI ofrece, aún existen desafíos significativos que el Gobierno deberá enfrentar para atraer verdaderamente a la industria automotriz. La competitividad de las exportaciones del sector necesita ser mejorada mediante una reducción de impuestos a la producción, que actualmente es casi el doble en comparación con Brasil. Además, cualquier programa de electromovilidad requiere una escala de producción que justifique la inversión. Y, en este sentido, Argentina deberá trabajar para asegurar esa escala y abrirse a nuevos mercados.