Las tensiones internas en Diputados fragmentan los bloques y podrían complicar al Gobierno
El segundo semestre en la Cámara de Diputados ha comenzado con un escenario político tenso y fragmentado. Un espectáculo muy diferente al que se vivió durante los primeros seis meses del año. Tras un receso invernal que dejó al oficialismo celebrando la aprobación de la Ley Bases, la segunda mitad del año presenta nuevos desafíos. Los aliados de antaño comienzan a distanciarse, poniendo en riesgo la unidad que permitió los avances legislativos previos.
La sesión fallida del miércoles pasado, donde La Libertad Avanza solo consiguió reunir 114 diputados, lejos de los 129 necesarios para lograr el quórum, fue un claro indicio de las dificultades que se avecinan. Esta situación obligará a la Casa Rosada a posponer el envío de proyectos claves, como la Ley Hojarasca. La cual fue diseñada por el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, y que busca eliminar regulaciones y desburocratizar la economía.
Un escenario de fragmentación general
No solo se trata de un cambio en la dinámica entre oficialismo y oposición dialoguista. Los principales bloques en Diputados también están experimentando procesos de reorganización interna. La Unión Cívica Radical, a pesar de haber votado en conjunto la Ley Bases, ha expuesto sus tensiones internas. Y ha terminado con su bloque dividido en cuatro grupos: radicales libertarios, seguidores de Facundo Manes, integrantes de Evolución, y un grupo de «libres».
El espacio de Encuentro Federal, anteriormente Hacemos Coalición Federal, también muestra divisiones. Un ala denominada «oficialismo republicano», liderada por Miguel Ángel Pichetto y Ricardo López Murphy, y otra que se enmarca en la oposición dialoguista, aunque cada vez menos dialoguista.
En Unión por la Patria, el bloque mayoritario con 99 legisladores, las divisiones internas también son evidentes. Especialmente, en debates como el del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), donde se registraron fugas de votos. El presidente del bloque, Germán Martínez, enfrenta la difícil tarea de articular entre los tres sectores en disputa. Los seguidores de Máximo Kirchner y La Cámpora, los que responden a los gobernadores, y los legisladores del PJ.
El PRO tampoco escapa a las tensiones, con diferencias entre los seguidores de Mauricio Macri y Patricia Bullrich, que se reflejan en la Cámara. Cristian Ritondo intenta amalgamar los intereses de dos grupos que, por ahora, permanecen unidos.
Un escenario favorable
Esta fragmentación interna podría ser una oportunidad para La Libertad Avanza, que podría aprovechar las divisiones para atraer votos en apoyo a los proyectos del Gobierno. Sin embargo, los libertarios también enfrentan sus propios desafíos, con un bloque dividido entre libertarios puros, liberales y conservadores clásicos. Y que quedó expuesto tras la polémica visita de varios legisladores a detenidos por delitos de Lesa Humanidad.