En septiembre, las importaciones de soja en Argentina alcanzaron un hito sin precedentes, registrando 703.699 toneladas, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Este volumen supera en un 8,8% las 646.685 toneladas importadas en el mismo mes del año anterior, estableciendo un nuevo récord histórico para septiembre. El aumento significativo se debe principalmente a la necesidad de compensar la pérdida de producción interna ocasionada por la severa sequía de la campaña 2022/23. La cual obligó a importar un máximo histórico de 10,4 millones de toneladas de soja.

Durante el primer semestre de 2024, las importaciones de soja alcanzaron 4,46 millones de toneladas. Una cifra considerablemente menor en comparación con las 7 millones de toneladas de la primera mitad de la campaña anterior. Los principales países proveedores de soja a Argentina siguen siendo Paraguay y Brasil, que lideran el volumen de importaciones. Al comparar con el promedio de las cinco campañas anteriores, excluyendo la afectada por la sequía, el volumen importado en septiembre está 58,4% por encima, reflejando una tendencia al alza en las importaciones.

La comercialización interna de la soja con 28,9 millones de toneladas al 25 de septiembre, lo que representa un 58% de la producción total. Sin embargo, este compromiso muestra un atraso de 12 puntos porcentuales respecto al promedio de las últimas cinco campañas. Señalando un avance más lento en la comercialización interna. Este retraso se atribuye principalmente a menores compras por parte del sector industrial, que ha adquirido un 24,2% menos de soja en el mercado interno en comparación con el período de referencia. Debido a márgenes teóricos negativos y la espera de mejoras en los precios.

Finalmente, la BCR subrayó que, a pesar de los desafíos actuales, las importaciones récord y el aumento en la actividad de comercialización futura reflejan una resiliencia del sector ante las condiciones económicas adversas. La caída de los precios de la soja ha incentivado a los productores a esperar mejoras. Sin embargo, la demanda global y las estrategias de mercado continúan impulsando las importaciones. Posicionando a Argentina de manera favorable para satisfacer la creciente demanda internacional de soja en el contexto actual.