En mayo, la inflación en Argentina mostró signos de desaceleración, aunque con una advertencia sobre un cambio en la dinámica habitual. Para aliviar la presión sobre la clase media, el Gobierno postergó la actualización del impuesto a los combustibles, tarifas y cuotas de medicina prepaga. A pesar de estas medidas, las principales consultoras económicas detectaron un límite en la desaceleración inflacionaria.

Durante el quinto mes del año, la suba de precios osciló entre el 4,4% y el 6% en Argentina. Muy por debajo del 8,8% de abril y del 11% de marzo. Sin embargo, la perspectiva para los próximos meses indica que el ritmo de inflación podría estabilizarse en estos valores. Y es que el Gobierno deberá descongelar servicios públicos para evitar nuevos atrasos. «La inflación núcleo, que venía desacelerándose, volvió a crecer. Aunque fue un incremento leve, parece estar encontrando un piso en torno al 5-6%, con una inflación en alimentos que pasó de 5,5% en abril a 5,9% en mayo», afirmó Rocío Bisang, economista de EcoGo.

EcoGo indicó que la inflación general de mayo se ubicó en 4,8% mensual, levemente superior a las proyecciones previas del 4,6%. Este ajuste se debió principalmente al aumento de peajes y una mayor inflación en alimentos. Influenciada por el salto de los dólares paralelos, que en mayo treparon hasta un 17%, rompiendo la estabilidad cambiaria mantenida desde febrero. LCG también detectó una ligera aceleración, con una suba promedio del 2,3% en alimentos y bebidas en las últimas cuatro semanas, frente al 1,6% del análisis anterior.

«Mayo fue un mes en el que se rompió la dinámica sostenida en meses anteriores. La corrección de precios regulados impulsaba la inflación, mientras que otros valores contribuían a la baja en un contexto de caída del consumo y los salarios reales«, agregó Bisang. La economista explicó que la desaceleración en mayo se debió a la baja en las cuotas de las prepagas y el congelamiento de otras actualizaciones previstas (tarifas de luz y gas, colectivos y el impuesto a los combustibles líquidos). Sin embargo, advirtió que estos congelamientos llevan a mayores atrasos y costos fiscales.