De acuerdo a un relevamiento desarrollado por Unicef, el 7% de toda la población infantil no pudo desayunar, almorzar, merendar o cenar (inclusive). Se trata de un estudio realizado por la agencia de la ONU, con representación nacional y llevada a cabo entre el 13 de junio y el 1 de julio de este año.

Sebastian Waisgrais, especialista en Inclusión Social y miembro del equipo que llevó adelante el estudio, indicó además que “son 3 millones de adultos, los que dejan de comer una de los cuatro alimentos diarios, muchas veces para que coman los chicos”.

En un aspecto cualitativo, el informe indica que “el 67% de los hogares recortó la ingesta de carne y un 40% el de verdura y fruta. Por otro lado, subió un 20% el consumo de carbohidratos: más fideos, harina y pan”.

La caída de ingestas diarias, sumadas al empeoramiento nutricional y al retroceso del poder adquisitivo, enmarcan que “el 24% de los niños del país, dejó de ir dentista y el 17% no pudo medicarse”.

Todos estos factores impactaron en la educación infantil. Según el relevamiento, “el 50% de las familias no llega a cubrir al menos un gasto escolar y el 30% no pudo pagar los libros”.