El enfoque en la implementación de la vacuna contra el dengue ha cobrado relevancia en los últimos meses. En un contexto de creciente preocupación por la propagación de esta enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti. Los últimos datos epidemiológicos en Argentina revelan una cifra preocupante: desde finales de julio hasta principios de marzo, se han registrado 120.007 casos de dengue. Y con una incidencia acumulada de 255 casos por cada cien mil habitantes a nivel nacional.

Aunque la vacuna tetravalente contra el dengue del laboratorio Takeda (TAK-003), conocida como «Qdenga», fue aprobada en abril de 2023 por la ANMAT y está disponible desde noviembre del mismo año, su incorporación a estrategias preventivas aún está en evaluación. Según el vocero presidencial Manuel Adorni, aunque la vacuna fue autorizada, su eficacia como medida para detener la propagación del virus aún no ha sido validada.

La médica infectóloga Analía Urueña, vocal de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE), señaló la complejidad de implementar una estrategia de vacunación debido al costo elevado de la vacuna ($140.000 las dos dosis) y su falta de inclusión en el Calendario Nacional de Vacunación. Aunque algunas provincias han optado por iniciar la vacunación de forma autónoma, la accesibilidad y cobertura para la población en general sigue siendo un desafío.

Urueña destacó que la vacuna ha mostrado eficacia principalmente para los serotipos 1 y 2 del virus dengue. Y con una protección evidente a partir de la segunda dosis. Sin embargo, la protección para los serotipos 3 y 4 aún no es tan sólida. Ante esta situación, se espera la disponibilidad de una nueva vacuna en fase de investigación, que podría mejorar la cobertura para todos los serotipos.