El 28 de septiembre se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Rabia, promovido por la Alianza Global para el Control de la Rabia. El objetivo es el de concienciar sobre las consecuencias de esta enfermedad en humanos y animales, y difundir formas de prevenirla. Desde su primera edición hace seis años, países de las Américas participan en esta conmemoración organizando acciones de prevención y control de la rabia, en coordinación y con el apoyo de la OPS/OMS. La fecha fue elegida en homenaje a Louis Pasteur, quien desarrolló la primera vacuna contra la rabia.

La rabia está presente en todos los continentes y afecta a más de 150 países. A nivel mundial, es responsable de aproximadamente 60.000 muertes humanas al año. Siendo el perro la fuente de infección en la gran mayoría de los casos.

Gustavo Martínez, jefe de la División Acciones Comunitarias para la Salud del Instituto de Zoonosis «Luis Pasteur», destacó la importancia de esta fecha. «Lamentablemente, es una enfermedad que cuando comienza a manifestar síntomas no tiene cura. La única oportunidad que tenemos para prevenirla es actuar de inmediato ante cualquier contacto de riesgo, como una mordedura de un animal que podría estar infectado, ya sea un perro o un murciélago. Debemos acudir al médico para que nos indique el tratamiento preventivo necesario».

Martínez subrayó la gravedad de la enfermedad: «La rabia tiene una tasa de letalidad del 100%. Es crucial buscar atención médica inmediata después de una posible exposición para recibir el tratamiento preventivo adecuado».

Qué animales pueden transmitir la rabia

«Debemos entender que la provincia de Tucumán y gran parte de Argentina son endémicas en variantes aéreas de la rabia. Lo que significa que los murciélagos son el principal reservorio. Existen murciélagos hematófagos, que se alimentan de sangre y se encuentran más en el campo, y murciélagos insectívoros, que generalmente aparecen en las ciudades». Señaló que entre un 6% y 7% de las colonias de murciélagos pueden ser portadoras de la enfermedad, por lo que es esencial estar alerta ante cualquier contacto.

«Los perros y gatos no vacunados que tienen contacto con especies silvestres pueden desarrollar la enfermedad. Dado el estrecho vínculo que tenemos con estas mascotas, existe el riesgo de contagio. La vacunación antirrábica es obligatoria por ley en nuestro país y se debe realizar a partir de los 3 meses de vida, con refuerzos anuales durante toda la vida del animal», añadió Martínez.

Plan Nacional de Prevención y Eliminación de la Rabia Humana

Respecto a los objetivos principales de este programa, Martínez detalló: «Uno es la inmunización de las especies domésticas, principalmente perros y gatos. En algunos casos, cuando hay brotes de rabia en el campo, especialmente en ganado, se inmuniza a las vacas que han sido mordidas por murciélagos hematófagos para prevenir la enfermedad».

«Además, está el tratamiento de las personas que han tenido contacto con animales potencialmente infectados, para aumentar la cantidad de anticuerpos necesarios y evitar la aparición de síntomas», agregó.

Síntomas y prevención

«La rabia es una enfermedad que presenta síntomas neurológicos. A veces, cambios en el comportamiento de un animal, como agresividad, pueden ser uno de los primeros indicios de que algo anda mal. Es importante que, si observan un cambio de comportamiento en algún animal, acudan al sistema de salud o consulten a un veterinario para determinar si corresponde a rabia u otra patología», enfatizó el especialista.

En cuanto a los síntomas en humanos, Martínez aclaró: «Principalmente son neurológicos y suelen manifestarse en la última etapa de la enfermedad, casi en el momento de la internación. Cuando una persona ya presenta sintomatología, hay poco por hacer, salvo acompañarla en la última etapa. Por eso es fundamental fortalecer las actividades preventivas y garantizar la vacunación de los animales».