En el marco del Día Mundial de lucha contra el Bullying, desde VOVE Tucumán hablamos con la psicóloga Roxana Graneros. La especialista explicó de qué se trata la problemática, cómo intentar prevenirla y cuál es la responsabilidad de los adultos.

Es la manifestación de la violencia que tienen niños pares en los ámbitos que habitan. Es una forma de resolución de problemas aprendida y arrastrada de un modelo familiar y social», señaló. «Está bueno visibilizarlo porque es muy dañino”, consideró la especialista, quien además dijo que “es una lucha que tenemos que hacer día a día y requiere del acompañamiento de otras personas porque en violencia siempre se necesita alguien que te apoye para salir”.

Por otro lado, Graneros aseguró que “la pandemia agravó la situación porque la socialización de los chicos se vio afectada”. Al respecto, advirtió que “no saben cómo relacionarse” y señaló que “aparecen expresiones violentas desde los alumnos y desde los padres”.

A estos últimos, les aconsejó tener en cuenta los cambios de conducta de los niños, advertir si están ensimismados, más irritables, si no quieren ir a la escuela o si cambian hábitos. También pidió prestar especial atención al rendimiento escolar: “Allí se ve muy reflejado, sobre todo en niños pequeños, que tratan de evitar el contacto con sus pares porque están siendo humillados”.

“Los padres deben estar presentes, no desde el ir a hacer problemas en la escuela ni ridiculizarlos donde se sienten seguros, sino compartir tiempo cotidiano y estar atentos a lo espontáneo que pueda surgir de los propios niños”, remarcó.

El peligro de las redes sociales

En otro pasaje de la entrevista, destacó que es fundamental que los adultos presten exclusiva atención a las redes sociales y que intervengan en las mismas.  Esto, debido al cyberbullying, al cual describió como “el bullying en potencia porque la expansión que tiene una humillación es automática y generalizada. La vida del niño y adolescente pasa por las redes, entonces producen daños».

Al respecto, opinó que los adultos deben seguir supervisando las redes por lo que pueda surgir del ámbito virtual. En ese sentido puso como ejemplo al grooming (la modalidad por la que un adulto engaña a un menor de edad, haciéndose pasar por un par, en redes) y advirtió que sus consecuencias «pueden ser nefastas y marcar la vida de un niño o adolescente”.