Cada 30 de noviembre se celebra el Día Internacional de la lucha contra los trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Los cuales se identifican bajo el símbolo de un lazo azul. La fecha tiene tiene lugar de forma anual desde hace años y pretende visibilizar y concientizar sobre la importancia de la prevención y detección precoz de este tipo de alteraciones alimentarias. Así como huir de la estigmatización y el exceso de juicios sociales que, de forma frecuente, rodean a este tipo de enfermedades.

En nuestro país, esta la ley 26.396, que obliga brindar asistencia en trastornos alimentarios y a realizar campañas de prevención y concientización. Roberto González Marchetti, psicólogo especialista en trastornos alimenticios, brindó declaraciones. «Es una patología que va creciendo y tiene su grupo de riesgo, que son los adolescentes. También ya hay niños que comienzan a tener estas dificultades».

Los trastornos alimentarios afectan a una de cada diez personas en todo el mundo. En general, se caracterizan por una alteración persistente en la alimentación o un comportamiento relacionado con esta. Y que lleva a una alteración en el consumo o en la absorción de los alimentos, causando un deterioro significativo en la salud física y el funcionamiento psicosocial. «Se dividen en lo que se conoce como anorexia, bulimia, trastorno por atracón y la restricción alimentaria. Donde una persona solamente puede ingerir cierto tipo de alimento. Entonces se hace un trastorno porque es algo repetitivo y causa malestar, vinculándose a la imagen corporal», explica González Marchetti.

El profesional sostuvo que «no todos los niños tienen una alimentación variada y puede haber sobrepeso. Entonces, dispara situaciones como el acoso o la discriminación, por su contextura física y va desarrollando cierta vergüenza por sus cuerpos«.

Señales a tener en cuenta en prevención

  • Estar preocupado gran parte del día por la forma del cuerpo y el peso.
  • Vivir con miedo de aumentar de peso y evitar pesarse.
  • Repetir episodios de comer cantidades excesivas de alimentos de una sola vez, sin experimentar saciedad.
  • Forzar el vómito o hacer demasiado ejercicio físico, para no aumentar de peso después de ese atracón.
  • Usar laxantes, diuréticos o enemas después de comer cuando no son necesarios.
  • Ayunar, restringir las calorías o evitar ciertos alimentos entre atracones en forma repetitiva.
  • Usar suplementos dietéticos o productos a base de hierbas en exceso para bajar de peso sin prescripción médica.