El accidente cerebrovascular (ACV) es una de las principales causas de discapacidad y mortalidad en el mundo, afectando a más de 14 millones de personas. Un estudio reciente publicado en The Lancet Neurology reveló que entre 1990 y 2021, los casos de ACV aumentaron considerablemente debido al crecimiento de la población. También por el envejecimiento y la mayor exposición a factores de riesgo ambientales y conductuales.

Entre los principales factores de riesgo identificados se encuentran el índice de masa corporal (IMC) elevado, el consumo de dietas poco saludables, el sedentarismo, y el aumento de niveles de glucosa en sangre. Estos factores, junto a temperaturas extremas y el estrés, han contribuido a un aumento del 70% en los casos de ACV a nivel mundial.

A pesar de esta tendencia alarmante, el estudio también muestra que, tras estandarizar los datos por edad, ha habido una reducción en las tasas de incidencia de ACV. Sin embargo, en algunas regiones, como el sudeste asiático y Oceanía, estas mejoras se han estancado en los últimos años.

El profesor Valery L. Feigin, autor principal del estudio, señaló que las estrategias actuales de prevención del ACV no son lo suficientemente efectivas. Recomienda implementar medidas más focalizadas y accesibles que involucren a toda la población. Como el uso de tecnologías móviles y la telesalud, para frenar el crecimiento de los casos.

Finalmente, el estudio advierte sobre el impacto de la contaminación del aire en el aumento de los ACV. Especialmente, en regiones con bajos ingresos, donde las tasas de mortalidad son hasta diez veces mayores que en los países desarrollados.