El brote histórico de dengue que azota a Argentina ha puesto en primer plano la necesidad de coordinar esfuerzos para enfrentar esta enfermedad. La temporada 2023-24 ha sido especialmente desafiante, con un total de 151.310 casos confirmados hasta la fecha y una curva de contagios que supera con creces años anteriores.

Si bien la provincia de Buenos Aires lidera en número total de casos con 35.110, al ajustar por población, las provincias del norte muestran las peores situaciones. Formosa es la más afectada, con 14.700 casos, lo que equivale a 2420 por cada 100.000 habitantes. Le siguen Chaco (2008) y Catamarca (1233). Otras provincias que se encuentran por encima del promedio nacional de 321 casos por cada 100.000 personas son Misiones, Santa Fe, Corrientes y Tucumán.

La circulación viral del dengue ha alcanzado prácticamente todo el país, afectando a 19 de los 24 distritos. Incluso regiones como Cuyo y la Patagonia, que antes no tenían este problema, han registrado algunos casos no importados.

En respuesta a esta situación, se ha intensificado la coordinación entre los diferentes niveles de gobierno. En una reciente reunión del Consejo Federal de Salud (COFESA), se delinearon las responsabilidades de cada nivel, destacando que los gobiernos locales tienen un papel crucial en combatir la enfermedad a nivel barrial y doméstico. Por su parte, el gobierno nacional se enfoca en la recolección de datos y en promover políticas efectivas en cada región.

El enfoque de prevención y comunicación del Ministerio de Salud de la Nación contrasta con ciertos mensajes anteriores de otros sectores políticos. Se destaca la importancia de la coordinación y el papel activo del Estado en la prevención y control de esta epidemia. Los desafíos continúan, especialmente con la llegada de los meses más críticos, según advierten los expertos. Pero la colaboración entre distintos niveles de gobierno es clave para enfrentar esta crisis de salud pública.