El reciente faltante de GNC en las estaciones de servicio y los cortes de suministro de gas a industrias dejaron expuestos al sector energético. Y es que desde hace meses advertían la necesidad de completar las obras pendientes del Gasoducto Néstor Kirchner. Estas obras inconclusas obligarán al Gobierno a desembolsar unos 500 millones de dólares este invierno, para traer gas licuado en buques y sostener la demanda clave de hogares, escuelas y hospitales. Según especialistas, actualmente el gasoducto tiene capacidad para transportar 11 millones de metros cúbicos por día. Si se completan las obras faltantes, podrá transportar el doble.

Las obras clave que faltan son dos plantas compresoras. La primera es la de Tratayén, en Vaca Muerta, Neuquén. Su construcción está a cargo de SACDE y tiene casi un 90% de avance. Se espera que hacia fines de junio se concluya la parte mecánica. Lo que permitiría que el gas de Transportadora Gas del Sur (TGS) circule.

La otra planta compresora es la de Salliqueló, que está más lejos de terminarse, según fuentes del sistema energético. Aunque la firma BTU ya colocó la Estación de Medición, la puesta en marcha está prevista recién para septiembre, cuando la mayor demanda de gas ya haya pasado. Esta planta es construida por la Unión Transitoria de Empresas (UTE) Esuco-Contreras Hermanos.

El secretario de Energía, Eduardo Chirillo, aseguró que este gobierno regularizó pagos por más de 30.000 millones de pesos y destinó recursos por otros 47.000 millones en la fase de terminación. Chirillo también apuntó al “retraso heredado” del gobierno anterior para terminar la obra. “El Gobierno no tiene deudas con los contratistas del GPNK, ni con los de la Reversión del Gasoducto Norte. Los pagos están al día”, afirmó el funcionario.