El Centro de Economía Política (CEPA) ha publicado un informe detallado sobre la situación del sector lácteo en Argentina. Los resultados se basaron en datos de la Dirección Nacional de Lechería (DNL) de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca. El informe revela una alarmante disminución en el consumo y la producción de leche durante el primer trimestre de 2024, destacando la dinámica heterogénea de la cadena de valor láctea.

El consumo interno de leche experimentó una notable caída. En marzo de 2024, se registró una disminución del 29,1% en comparación con el mismo mes del año anterior. Esta tendencia a la baja se ha acentuado progresivamente: en enero, la caída interanual fue del 1,9%; en febrero del 20,6%, y en marzo alcanzó el mencionado 29,1%. En el acumulado del primer trimestre de 2024, el descenso interanual es del 17,17%.

La reducción en el consumo per cápita también es evidente. Mientras que históricamente se estimaba un consumo anual de 200 litros por habitante, el INTA sugiere que actualmente esta cifra ha disminuido a 187 litros. Según la OCLA, en 2023 el consumo fue de 192,8 litros por habitante.

La producción nacional de leche también ha disminuido significativamente. En marzo de 2024, se produjeron 704 millones de litros, lo que representa una caída interanual del 14,4%. En febrero, la producción fue de 686 millones de litros, la cifra más baja para ese mes en los últimos cinco años, con una disminución interanual del 14,8% y un descenso del 17,8% respecto al mes anterior. La caída acumulada en la producción durante el primer trimestre de 2024 es del 13,9%.

La estructura de producción también ha mostrado cambios notables. Los tambos que producen más de 10.000 litros al día, que representan el 3,9% del total, contribuyen con el 25,8% de la producción nacional. En contraste, los tambos que generan menos de 2.000 litros al día, que constituyen el 57,7% del total, solo aportan el 19,7% de la producción. Esta concentración se ha incrementado respecto a 2018, cuando estos tambos más pequeños representaban el 22,8% de la producción. El segmento industrial también muestra una alta concentración, con las 10 principales firmas acaparando el 46,5% de la producción.