En medio de una economía afectada por la caída del poder adquisitivo y una inflación del 65%, los argentinos priorizan lo esencial en el consumo. Lo que se refleja en una disminución del 21,5% en el consumo de bebidas alcohólicas, según advierten consultoras especializadas. Los datos recopilados por la consultora Scentia revelan que, en abril, las compras impulsivas fueron las más afectadas en los supermercados. Donde experimentaron una caída del 26,5%, un 11% más que la contracción general del segmento.

Este mes también marcó la mayor disminución en el consumo en lo que va del año 2024 en los canales de autoservicio, con una contracción del 13,8%, acumulando un 7,2% en el primer cuatrimestre. El cambio en los hábitos de consumo se vincula estrechamente con la capacidad de compra, fuertemente golpeada en estos tiempos. «El contexto impulsa una situación más severa, porque se intenta no tocar las categorías de primera necesidad», señala Osvaldo Del Río, titular de Scentia.

El impacto en el consumo también se ha sentido en otros productos populares como el turrón, que históricamente ha sido un salvavidas económico para muchos consumidores. «Es el ítem más vendido en el mercado, porque es barato, te hace zafar de una colación o te ayuda a seguir trabajando», explica Del Río.

En el sector empresarial, se observan diferentes realidades entre los rubros de consumo masivo. Mientras algunos productos como las galletas mantienen su nivel de consumo, otros como las golosinas y chocolates han experimentado caídas más pronunciadas. Para recuperar ventas, las empresas han recurrido a promociones agresivas, aunque esto ha generado tensiones en el contexto de una inflación aún mayor. Las bebidas alcohólicas, en particular, han sido afectadas con un desplome del 21,5% en las ventas en supermercados y del 24,3% en autoservicios durante abril.