Vecinos de barrio Sur denuncian el hurto incesante de medidores de agua en la vía pública. Los habitantes relatan que hay al menos tres casos por día y existen cuadras que sufrieron saqueos totales de los mismos. Según datos proporcionados por la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT), desde el mes de octubre hasta la fecha, se registró un total de 429 reportes por la sustracción de medidores de agua en la ciudad. Vecinos alertan que desde principio de enero los robos se intensificaron y “no dan tregua”. El director de la SAT, Marcelo Caponio envió una carta al Ministerio de Seguridad explicando la problemática. La nueva ola de robos en alrededores de avenida Roca y Jujuy se suma a la de los medidores gas colocadas en el frente de las residencias.

Residentes señalan que los robos suceden por las noches. A pesar de la gran cantidad de reportes y denuncias, los vecinos no obtienen respuestas de las autoridades. Estos cuestionaron la falta de presencia policial y la falta de medidas por parte de la justicia. Además de los costos de reparación, los vecinos dan cuenta del gran inconveniente para la vida cotidiana y el tiempo de un trabajador. “El perjuicio de tener que buscar un plomero, gente que se va a trabajar a las 6 de la mañana y no tiene una gota de agua, tenes que pedir permiso en el trabajo para ir a hacer la conexiones”, relata una vecina. Así también, mencionó como los robos afectan a los transeúntes y a la red de agua potable de la ciudad. “Estuvo una semana saliendo agua hasta que vino la SAT” , detalló.

Una robo que trae múltiples perjuicios

Algunos habitantes no cuentan con suministro de agua, ya que el proceso demora y cuesta caro. Cada medidor a reponer tiene un valor promedio de $60mil, costo que es asumido por la compañía. Tras los robos, el cobre contenido en los artefactos es vendido en el mercado ilegal. Por otro lado, el corte de suministro y las tareas de reparación o reconexión rondan los $15mil. Por otro lado, los vecinos se ven afectados por todo un proceso burocrático para restituir el servicio. Las víctimas de robo deben realizar la denuncia en la comisaría correspondiente y luego comunicar del robo a la SAT para gestionar la instalación de un nuevo medidor.

La baja investigación de estos delitos llevaron a un crecimiento exponencial de esta actividad en el último tiempo. Especialistas en este tipo de delito sostienen que el material de los objetos se vende en desarmaderos, por una muy baja retribución. Por ese motivo, el robo se realiza siempre por una cantidad importante. Luego, el comprador realiza un negocio de venta mayor. La facilidad para obtener cobre a través del crimen y fundirlo rápidamente para evitar su rastreo, lo convierte en un atractivo para quienes operan en este mercado ilegal. Chatarrerías que operan ilegalmente en este mercado pagan actualmente hasta $5000 el kilo de cobre dependiendo de las condiciones en que se presenta. Los 300 gramos promedio de cobre de un medidor puede rondar los $900.