El Gobierno anunció que volverá a congelar las subas previstas para junio en las tarifas de las empresas encargadas de la distribución y el transporte de luz y gas en el país. Esta medida busca evitar un impacto mayor en la inflación. Desde el próximo mes, comenzará una quita de subsidios para los usuarios de ingresos medios y bajos.

Las distribuidoras y transportistas, como Edenor, Edesur, Metrogas, Naturgy, Camuzzi, TGS, y TGN expresaron su descontento por la decisión de postergar nuevamente sus incrementos. Además, se está considerando un cambio en el sistema de actualización mensual que había sido definido en las últimas audiencias públicas. Una de las alternativas que se barajan es utilizar las expectativas de inflación futura que publica el Banco Central de la República Argentina (BCRA) en su Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM). Los ingresos que las empresas no perciban en mayo y junio serían reconocidos por el Estado el año próximo.

En el primer cuatrimestre del año, se aplicaron fuertes aumentos en las tarifas de luz y gas para recomponer los ingresos de las empresas de distribución y transporte. Además de incrementos del orden del 500% en promedio, tras el congelamiento impuesto por el gobierno anterior. Sin embargo, estos aumentos no implicaron una quita de subsidios.

La cuestión central es que no hubo cambios en lo que pagan los usuarios de ingresos bajos (N2) y medios (N3). Y que sigue siendo cubierto por el Estado a través de CAMMESA. Estos usuarios, que representan el 70% de los residenciales, pagan menos del 5% del “precio real” de la luz y menos del 20% del gas. Los usuarios de ingresos altos (N1), comercios e industrias pagan el precio pleno por la electricidad y el gas natural que consumen, sin recibir subsidios.