Denuncia que la SAT (Sociedad Aguas de Tucumán) no interviene ante los reiterados reclamos sobre rupturas de cloacas. Rubén, un vecino de Av. Avellaneda altura 300, advierte que tuvieron que recurrir a realizar conexiones clandestinas para sobrellevar la situación.

El denunciante se percató del problema cuando llamó a un plomero para que le hiciera una limpieza de las cañerías, y así evitar problemas con las lluvias. «Me informó que no podía pasar la caña desde las cámaras de inspección porque la misma estaba tapada», dijo. El plomero, le advirtió que para solucionarlo se necesita que un camión «destrancador» pasara una manguera con agua a presión para poder limpiar la cañería, «ese camión no se lo consigue a través de la SAT según me informó y que había que hacerlo por no por derecha sino por izquierda», refiriéndose a que se debe contratar un servicio particular.

Rubén contrató el servicio, pero no consiguieron destrancar su cámara de inspección cloacal, la cual explicó que se encuentra colmada de agua con desechos fecales, casi a nivel del piso. «Se pasó a través de la conexión un cable o caño, que ellos tienen con agua a presión, y directamente no consiguieron destrancar, ni que bajara ese nivel», expresó. Según le explicaron, el problema sería algo troncal, un problema del desagüe a la colectora de la zona de Av. Avellaneda, y que, por lo tanto, el problema afecta a varios de sus vecinos quienes se vieron obligados a hacer conexiones clandestinas, pagando con su propio dinero debido a que la SAT no da respuesta a los reclamos.

El vecino asegura que cuando hizo el reclamo a la empresa le dijeron que sería algo que conllevaría mucho tiempo. «Pedí que viniera aunque sea un camión a aspirar todas las porquerías que tengo en este momento en mi cámara de inspección y no he conseguido nada», expresó. También se refirió al enojo que genera pagar y estar al día con las altas cuotas de los servicios de la SAT para que, ante estos problemas, nadie les de una solución.

Asimismo, aseguró que en algunos lugares la cuestión es tan grave que los líquidos terminan inundando las viviendas y negocios e incluso terminan en la calle. Expresó que la situación es algo que lo desborda por lo que decidió actuar por su cuenta, pese a las sanciones que podría acarrear. «Aunque no me den permiso tampoco me voy a estar enterrado en porquería, razón por la cual, sin importarme cuáles sean las consecuencias, voy a hacer arreglarla ahí en la parte troncal por mi cuenta. Si después tengo que afrontar juicios, lo voy a hacer, porque de otra manera tampoco puedo vivir», cerró.