En un contexto de inflación y recesión, los salarios de los trabajadores formales en Argentina se desplomaron un 14,9% en el último semestre. Así lo indica un informe del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA). La mayoría de los trabajadores argentinos siente el impacto y un relevamiento muestra que una gran parte no está satisfecha con sus ingresos.

Tras la devaluación de diciembre y el posterior aumento inflacionario, los ingresos se vieron gravemente afectados durante diciembre y enero. En enero, la caída real del salario alcanzó el 21,3%, siendo más pronunciada en las clases bajas debido al aumento en alimentos y bebidas. Este es uno de los rubros más sensibles, y acumuló un alza superior al 65% en los últimos meses de 2023 y principios de 2024. Durante ese bimestre, los ingresos no se ajustaron a la velocidad de los precios.

Según el informe del CIFRA, la recesión funcionó como un freno para las subidas de precios. «En ese marco, algunas negociaciones paritarias pudieron recuperar parte de lo que habían perdido. Lo que se muestra en el promedio como un mínimo repunte relativo», explicó el informe. La pérdida de poder adquisitivo fue más pronunciada en el sector público, con una caída del 21,3%. Mientras que el sector privado tuvo una disminución del 11,2%, promediando una caída del 14,9% en el semestre. El salario mínimo, vital y móvil sufrió una caída aún mayor, alcanzando un alarmante 28,8% entre noviembre de 2023 y mayo del presente año.

Un informe de la empresa global de reclutamiento PageGroup revela que el 79% de los profesionales considera que recibió un ajuste insuficiente. Además, el 51% de los encuestados se muestra insatisfecho con su salario, y el 63% considera esta disconformidad como el principal motivo para buscar activamente un nuevo empleo. Según Miguel Carugati, Managing Director Argentina & Uruguay de PageGroup, «esta disparidad resalta la dificultad que enfrentan las empresas para cumplir con las expectativas salariales».