La jornada de ayer se caracterizó por movimientos en rojo. Los principales referentes del mercado financiero argentino enfrentaron ajustes en carteras debido a la toma de ganancias cortas. Los expertos estiman que durante este jueves y el viernes la situación no sufra cambios. Este escenario se desarrolla en medio de la anticipación sobre las próximas medidas que tomará el Gobierno para estabilizar las finanzas del sector público.

Tanto las acciones como los bonos argentinos, que brillaron como las inversiones bursátiles más rentables del mundo el año pasado, experimentaron un cambio de rumbo al inicio de 2024. En febrero, la renta variable sufrió una caída del 17,4% en pesos y del 7,5% en dólares. Reflejada en la paridad de los precios de los ADR de compañías argentinas en Wall Street.

Mientras tanto, la situación de los bonos en dólares muestra un panorama menos claro. A pesar de las caídas del 1% al 2%, los títulos públicos en dólares acumularon ganancias de hasta el 18% en febrero, alcanzando sus valuaciones más altas desde finales de 2020. El riesgo país avanzó 49 unidades, situándose en 1.786 puntos básicos. En el ámbito bursátil, el índice S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires cayó un 1,8%. Alejándose del récord alcanzado el 5 de febrero, cuando superó los 1.300.000 puntos por primera vez.

A pesar de las caídas, los analistas financieros mantienen una visión optimista a mediano plazo, confiando en las reformas impulsadas por el oficialismo. Mariano Sardans, analista, señala que «parece que el mercado le empieza a creer al Gobierno«. Y destaca la importancia de seguir creyendo para permitir ajustes en el tipo de cambio y, potencialmente, liberar el cepo.

La absorción de pesos a través de licitaciones de bonos y las medidas adoptadas por el Banco Central para recomponer reservas generan cierta estabilidad. El presidente Javier Milei, quien asumió con la promesa de ajustar las cuentas públicas, enfrenta la tarea de abordar la inflación y dolarizar la economía.

A pesar de las recientes alzas en bonos soberanos y la recuperación de dólares bursátiles, los desafíos legislativos, la persistente inflación y la caída económica comienzan a influir en el optimismo del mercado. Las próximas definiciones políticas adquieren relevancia para mantener la confianza en las reformas propuestas. En medio de esta incertidumbre, los inversores globales adoptan una postura cautelosa, reflejada en las negociaciones a la baja en los índices de Wall Street.