Según el Ministerio de Economía de la Nación, en la tercera semana de septiembre, la inflación fue del 1,7%. Este dato indica una desaceleración en comparación con el último dato semanal, que fue del 2,1%. Hay que señalar que esta medición oficial alternativa al IPC (Índice de Precios al Consumidor) del INDEC. El cual registró un pico de 4,8% en la semana posterior a las elecciones PASO 2023. Cuando hubo una disparada de precios tras la abrupta suba del tipo de cambio oficial del 21,8%.

Este relevamiento se hace en base a los precios online en supermercados y otros canales de comercialización. Y conforma así una canasta representativa de productos de alimentos, bebidas, limpieza, cuidado personal, electrodomésticos e indumentaria. Se tienen en cuenta los precios publicados en diversos sitios web de automóviles y medicamentos. Luego, se hace un relevamiento online de bienes y servicios con precios regulados a nivel nacional.

Además, se ajustan las estimaciones considerando brechas por canal de comercialización en rubros como alimentos y bebidas en rubros de menor ponderación, se realizan estimaciones propias. La incertidumbre política propia del año electoral y la falta de consenso en torno a políticas económicas sólidas exacerbaron el problema de la inflación. Los cambios en la administración gubernamental y las decisiones de política económica a menudo fueron abruptos y poco predecibles. Lo que minó la confianza de los inversores y empresarios y obstaculizó la inversión a largo plazo.

El gobierno argentino implementó una serie de medidas para abordar la inflación, como controles de precios y acuerdos salariales. Sin embargo, estos enfoques a menudo demostraron ser insuficientes para contener la inflación a largo plazo. Ya con un nuevo Gobierno a partir del 10 de diciembre, la solución a este problema complejo requerirá reformas estructurales más profundas, como la reducción del déficit fiscal, la promoción de la inversión en la producción y la mejora de la estabilidad política y económica.