Por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que afecta a la producción y distribución de cereales, a pedido del país invadido, miembros de la Unión Europea analizan eliminar restricciones y comprar a nuevos productores. A raíz de esta situación, economías como las de Francia y España estarían dispuestas a comprar, entre otros, maíz argentino.

Los granos elaborados en el país se modifican genéticamente, algo que impedía entrar en el mercado europeo. La UE había adoptado una política que incentivaba la producción orgánica. Esto dejaba fuera del mapa al país junto al resto de Sudamérica y Estados Unidos.

Según medios internacionales, la medida se enfocaría en el acopio de maíz. Este grano en particular representaba el 30% de las importaciones de Ucrania para abastecer el viejo continente. Al respecto, el ministro de Agricultura de España, Luis Planas, expresó: «Necesitamos que la Unión Europea flexibilice los reglamentos respecto de la importación de granos».

A su vez, el país invadido prohibió las exportaciones de trigo, centeno, cebada, mijo, azúcar, sal y carne. Esta medida serviría para cubrir las necesidades alimenticias generadas por el conflicto armado.