El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció a través de la red social X, que en el mes de febrero se logró un superávit primario de $1,2 billones y un superávit financiero de $338.112 millones. Esto se obtuvo mediante recortes de gastos, en un contexto marcado por el rechazo del DNU70/2023 por parte del Senado.

Caputo destacó que el resultado primario acumulado del primer bimestre alcanzó los $3,243 billones, equivalente al 0,5% del PBI. Mientras que el resultado financiero acumulado fue de $856.520 millones. En febrero, los ingresos totales del Sector Público Nacional disminuyeron un 6,3%, mientras que el gasto primario se redujo un 36,4%. Estas cifras reflejan una baja del 2,5% en las entradas y del 38% en las erogaciones durante el primer bimestre. Tomando como referencia el IPC del mes pasado del 13,2% y un acumulado del 276,3% en 12 meses.

Según Hernán Letcher, titular del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), estos resultados se deben a un recorte de gastos combinado con un aumento de la deuda flotante. Como consecuencia, implicaría pagos postergados. Letcher mencionó que se estarían atrasando el cumplimiento de obligaciones. Como por ejemplo los pagos a CAMMESA, proveedora de energía a las distribuidoras finales, y los pagos de jubilaciones.

Los datos de la Administración Pública Nacional (APN) muestran que en febrero hubo un déficit financiero de aproximadamente $294.000 millones. Además, los datos de la Tesorería General de la Nación indican que la deuda flotante aumentó en enero en $505.000 millones, mientras el gobierno lograba un superávit primario de $1 billón. En este contexto, el equipo económico busca enviar señales a los mercados de que se sigue cumpliendo con la meta.