En Casa Rosada no acusan recibo de las complicaciones de las últimas horas en el debate del acuerdo con el Fondo, y mantienen el optimismo para su aprobación. Sin embargo, la realidad marca que, en el tercer día de discusión, el número de legisladores dispuestos a votar afirmativamente no alcanza y Alberto Fernández debió habilitar cambios en el proyecto original para reunir consenso, luego del menú de opciones que trazó el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.

El tigrense arribó a Casa Rosada minutos antes de las 13 de este miércoles, entre una catarata de rumores. Su misión era la de transmitirle el resultado de las negociaciones con los bloques de la oposición, las pretensiones de un sector de JxC para prestar su voto; y repasar el cuadro de situación puertas adentro del Frente de Todos.

Desde el Gobierno aseguran que el presidente y el ministro de Economía, Martín Guzmán acordaron los límites de la negociación antes del viaje que este último debió hacer a Houston. «Cuando no es una interna Alberto contra Cristina ahora el periodismo plantea Massa-Guzmán», reprocharon algunas voces. A propósito de eso, cerca de Fernández desmintieron que ese viaje haya obedecido a un desplazamiento de la negociación.

La decisión de hacer cambios ya está tomada «todo lo que no cambie la esencia del proyecto y ayude a la aprobación del acuerdo»; y que «no hay plazos» para definiciones. Eso sí, apuntan que «hay un límite» a los pedidos de la oposición: el presidente no quiere dejar afuera las críticas a la gestión de Mauricio Macri y su decisión de recurrir al FMI. «Está convencido y tampoco lo aguantarían muchos de los nuestros que hoy lo están votando con la nariz tapada», expresó un funcionario.