La paz que suelen traer los festejos de fin de año quedaron a un lado en la cúpula dirigencia del fútbol argentino ya que la interna de poder quedó expuesta luego de que Marcelo Tinelli denunciara un intento de desestabilización para sacarlo como presidente de la Liga Profesional (LPF).

A través de una carta pública, con el membrete de la LPF, Tinelli cruzó a un «grupo reducido de clubes» que «nunca» le manifestó sus diferencias en forma personal, pero que se «arroga la representación del conjunto de las instituciones que integran la Liga Profesional».

La idea de este grupo es empujar a un reemplazo en los primeros días de 2022, enojados por la distribución del dinero de los derechos televisivos. El rumor surgió luego del sorteo de la Copa Argentina, el miércoles pasado, cuando la mayoría de los dirigentes compartió un almuerzo en el predio de Ezeiza donde charlaron sobre el tema con el presidente de AFA, Claudio «Chiqui» Tapia.

El grupo rebelde apunta a Tinelli y al director general de la LPF Eduardo Spinosa (presidente de Banfield), mientras que espera que Cristian Malaspina (Argentinos Juniors), uno de los vicepresidentes, sea el interlocutor entre AFA y la LPF. Anticipando ese movimiento, en la carta que publicó, Tinelli dejó abierta la posibilidad de una convocatoria a elecciones en la próxima reunión de Comité Ejecutiva, prevista para el 11 de enero en un hotel porteño.

Entre los clubes que se levantaron figuran: Independiente (único de los cinco grandes), Argentinos Juniors, Gimnasia, Aldosivi, Lanús, Estudiantes, Godoy Cruz, Rosario Central, Huracán, Defensa y Justicia, Colón, Platense, Sarmiento y Central Córdoba.