El partido que definirá el primer ascenso a primera generó polémica desde el momento en que se conocieron los finalistas.

Barracas Central arrastra el karma de ser el caballo del comisario por su relación con el presidente Claudio Chiqui Tapia.

Esta situación despierta el rechazo de los demás clubes y en especial de Tigre que se siente desfavorecido en la previa.

De hecho, el matador pretendía un estadio de gran capacidad para la final mientras que Barracas quería que se juegue en Arsenal con poco público.

Finalmente, la AFA designó Banfield, con poco más de 25 mil personas.

Sigue siendo poco comparado con que hace días se disputó la final de la Primera C en el Único de La Plata, donde entran 55.000 personas.

Tigre publicó un comunicado donde aclara que hará lo posible por que la mayor cantidad de hinchas puedan estar.

“Les pedimos, por favor, evitar aglomerarse en las inmediaciones del estadio; ya que aún no está confirmada la cantidad y distribución de entradas, las cuales son ajenas al Club Atlético Tigre y no están a la altura de lo que nuestra institución se merece”, agregaron.

Barracas se defendió publicando que se realizaron todas las reuniones necesarias para negociar y elegir el estadio según la disponibilidad.

“En Barracas no hay lugar para las especulaciones o las presiones ajenas que puedan influenciar la igualdad deportiva», reza el comunicado.

Por lo pronto, el lunes a las 21 se definirá el ascenso y la suerte de ambos clubes.

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