En la quinta jornada oficial de competencia de los Juegos Olímpicos de París 2024, la delegación de Argentina sumó su primera medalla, y fue gracias a la consagración de José «Maligno» Torres Gil, en el BMX Freestyle. El nacido en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) hace 29 años, pero radicado en Córdoba desde los 11, voló por los aires con su bicicleta «albiceleste» y se adueñó de la medalla de oro, la 22ª de este color en la historia del olimpismo argentino y la 2ª para el ciclismo nacional. Además, su logro rompió la mala racha de ocho años sin preseas de oro para nuestro deporte; la última había sido conseguida en Río de Janeiro 2016, por el hockey masculino.

El «Maligno» se jugó todo en el inicio de la gran final disputada este miércoles. No esperó a su segunda pasada, y en la «Run 1» desplegó su mejor repertorio. La rutina dorada del representante de nuestro país consistió en un backflip (giro de espaldas), un frontflip (girar hacia adelante), un salto sin manos en el manillar, dos rotaciones completas, varios apoyos en las paredes para ganar velocidad, tres giros dando vueltas (720º) y uno con los pies fuera de los pedales. Esa carrera le valió un puntaje casi perfecto de 94.82, el más alto en la historia olímpica del BMX Freestyle.

«Somos campeones. Salimos vivos, lo importante es que salimos vivos. Tenía miedo de lesionarme», dijo, con la emoción a flor de piel, en una videollamada con su familia, una de las innovaciones creativas que presentan los deportes olímpicos más modernos. Debajo de Torres, completando el podio, quedaron el británico Kieran Reilly (93.91) y el francés Anthony Jeanjean (93.76), quienes tuvieron sus respectivas pasadas después del argentino, tanto en la Run 1 como en la Run 2.

Con su actuación de este miércoles, el argentino-boliviano, también campeón Panamericano en Santiago 2023, mejoró considerablemente lo hecho en las pruebas de clasificación, donde se eliminaron a tres de los 12 competidores que comenzaron estos Juegos. Ayer había tenía una salida con un puntaje de 86,24 y otra de 87,08, y finalizó con un promedio de 86,66. En la final, por el contrario, no se sumaban las marcas, sino que quedaba la mejor y la otra se descartaba.

Debido a su marca en la clasificación (7° de 9), Torres Gil fue el tercero en salir a la pista, y con sus 94,82 de la primera pasada bancó toda la competición en lo más alto. Pues, tras esta carrera, todavía quedaban seis riders de la primera ronda más una segunda ronda completa, por lo que la emoción y la intriga se mantuvieron en niveles intensos hasta el final. De hecho, el último en salir en la segunda vuelta era el favorito al título: el británico Reilly. Su segunda carrera fue a todo o nada y prolongó aún más la incertidumbre. El representante de Gran Bretaña arriesgó muchísimo y mejoró su puntaje, pero solo le alcanzó para el segundo puesto. El argentino Torres Gil sufrió, pero finalmente se quedó con la medalla dorada.

La historia del «Maligno» Torres se puede resumir desde sus comienzos en el Parque de las Naciones de la capital cordobesa, con una bici prestada, hasta mostrar su máximo esplendor en la «Ciudad de la Luz» y consagrarse como campeón olímpico. Su amor por la bicicleta surgió una tarde como cualquiera, en la que fue a jugar al fútbol al parque con su hermano. «A lo lejos vimos que había muchos chicos saltando en bici y en skate. Nos acercamos y cuando uno hizo una prueba girando de cabeza, que se llama ‘flair’, nos generó una gran atracción y adrenalina. Le pedimos prestada la bicicleta y ahí empezó todo… no hubo vuelta atrás», había contado el biker dorado en París 2024, en una entrevista con el diario La Nación.

También se debe mencionar que la historia del ya histórico Torres tiene tintes de sacrificio y superación. Tiene asma y superó un historial de lesiones a lo largo de su trayectoria. Ayer, al clasificarse para la final, declaró: «Dentro de todo anduve bien, pero sé que puedo estar mejor. Estoy con un problema respiratorio y lo estoy viendo con los médicos, pero no me puedo quejar: me siento preparado». En cuanto a su apodo, «Maligno», el mismo se debe en parte a su personalidad, porque según contó en varias ocasiones, le gusta hacer bromas pesadas o, como el mismo dijo «joder con todo». Aunque también lo representa como deportista, ya que es muy agresivo a la hora de montar la bicicleta. El campeón compite sin frenos, algo que algunos protagonistas eligen para poder tener más soltura al hacer los trucos en el aire.