La fiesta de la selección tuvo un show de Messi, dos gritos de gol y muchos festejos
El primer partido de la selección argentina luciendo las tres estrellas y el parche de campeón del mundo se hizo realidad ayer, en la tarde-noche porteña. En el marco de la primera fecha FIFA del año, el seleccionado nacional se midió contra un débil combinado alternativo de Panamá, en una excusa perfecta para celebrar, junto a sus hinchas, la obtención del título más preciado del fútbol.
En un estadio «Monumental» repleto y preparado para una extensa fiesta de homenaje a los campeones del mundo, la selección que dirige Lionel Scaloni saltó a la cancha con los mismos once que iniciaron la final ante Francia en Qatar. Durante el primer tiempo, la premisa del seleccionado argentino fue ser el absoluto dueño de la pelota. Cuando la tenía la idea era hacerla circular hasta encontrar el pase justo, cuando la perdía intensficaba la presión para recuperarla rápido. A lo segundo lo cumplió sin inconvenientes ante un rival que dispuso un ultra defensivo 5-4-1; pero a lo primero le faltó la precisión necesaria para dejar un jugador propio cara a cara con el arquero rival y anotar. Así, los primeros 45′ se diluyeron en un 0 a 0.
El trámite general del segundo período fue casi idéntico. El desarrollo del juego se daba completamente en campo panameño, Argentina insinuaba constantemente que abriría el marcador, pero no encontraba el último toque. De hecho, un resumen del partido se dio con una especie de «show de tiros libres» (7 ejecuciones en total durante el match) que tuvo Lionel Messi, siempre cerca, pero sin poder concretar.
Sin embargo, fue justamente desde dos lanzamientos de pelota parada, ejecutados por el capitán, que llegaron los goles argentinos. El primero, a partir del quinto tiro libre de Messi, el cual se estrelló en el ángulo y cuyo rebote terminó quedando a merced de Thiago Almada, quien anotó el 1-0 a los 78′. Luego, cuando ya iban 89′, llegó el estallido que todos ansiaban, el gol de Messi, también desde un tiro libre, el séptimo en la noche, para establecer el 2-0 definitivo. Fue el gol 800 en la inmensa carrera del astro rosarino, y el número 99 con la camiseta de la selección argentina.
Posteriormente, con el pitazo final decretado, llegó el tiempo de levantar la copa del mundo ante los ojos de los hinchas argentinos, la simbólica vuelta olímpica y el incansable homenaje a los campeones mundiales. Lo que viene en el cronograma de actividades del seleccionado argentino es enfrentar un amistoso de entrenamiento ante River Plate, viajar el lunes hacia Asunción, Paraguay, para recibir el homenaje de las autoridades de Conmebol, antes del sorteo de la Copa Libertadores, y luego trasladarse rumbo a Santiago del Estero para afrontar, el martes, su segundo amistoso de la fecha FIFA, ante Curazao.