En la jornada de hoy Marruecos debía visitar a Guinea por una nueva fecha de la eliminatoria africana, pero la situación social del país local estalló y la FIFA decidió aplazar el partido.

Los marroquíes estaban concentrando cuando el presidente de Guinea, Alpha Condé, fuera capturado por milicianos desencadenando un estallido social con cierre de aeropuertos y suspensión de fronteras.

«Estamos en el hotel, escuchamos disparos cerca durante toda la jornada; esperamos el permiso para ir al aeropuerto, por ahora estamos encerrados aquí pese a que nos espera un avión«.

Declaraba el director técnico de Marruecos, el bosnio Vahid Halilhodzic, al diario francés L’Equipe.

Finalmente, el plantel recibió la autorización para evacuar el país y en la noche del domingo ya estaban en un avión de regreso. Uno de los primeros en confirmar el regreso de los jugadores fue el Sevilla de España, quien cuenta con tres marroquíes en sus filas.

En Guinea mientras tanto, los militares anunciaron la disolución del gobierno, el cierre del congreso y un toque de queda indefinido hasta reorganizar las instituciones nacionales.

La medida fue bien aceptada en buena parte del país, pero condenada enérgicamente por la ONU al tratarse de un atentado directo contra la democracia. El partido quedará para cuando la FIFA y el mismo Guinea lo dispongan.