Argentina en Qatar: Arabia nos dejó muchas preguntas, ¿México traerá respuestas?
Faltan apenas unas horas para que la Selección Argentina dispute su segundo partido en el mundial de Qatar, enfrentando al seleccionado de México. Pero en la cabeza de los fanáticos del fútbol y sus análisis la pregunta «¿Qué le pasó a Argentina contra Arabia?» sigue resonando, inevitablemente. Y es que el representativo nacional llegó a la cita mundialista fulgurante de confianza y seguridad, fruto de lucir la medalla de Campeones de América y de acumular 36 partidos sin perder, y de repente se chocó contra una inesperada barrera verde con símbolos impronunciables, erigida por los árabes, los que se preveían como el rival más débil del grupo «C». Entonces, ¿cómo explicarlo? ¿Cómo fue que pasó? ¿Cómo es que Arabia Saudita le ganó a Argentina?
Cuando uno retrocede en la memoria o en el archivo de video que reproduce el partido, observa que en los primeros minutos el juego daba indicios de que se resolvería con facilidad a favor de Argentina. Pues, las únicas oposiciones que presentaba el seleccionado árabe eran su concentración y «tirar el achique» para dejar en offside a los delanteros argentinos, un arma de doble filo que daba la sensación terminaría cortando a los asiáticos.
Pero no fue así, al contrario, terminó cortando el juego asociado característico del equipo de Scaloni. La pregunta que surge es «¿por qué?». Las respuestas puede encontrarse en la falta de precisión que mostraron los volantes argentinos que tienen la misión de habilitar a sus compañeros, ni De Paul ni Paredes estuvieron bien; en la falta de tranquilidad y paciencia de los delanteros para «picar» hacia adelante; en la falta de conexión entre volantes y delanteros; en la falta de diagonales por parte de los que jugaban por los extremos; en la falta de velocidad que se notó en los «desequilbrantes» que tiene la selección argentina.
Estas posibles respuestas, a su vez, generan otros interrogantes. Por ejemplo, ¿cómo se explican todas esas carencias del equipo argentino? ¿Por qué se evidenciaron el martes? Y entonces hay que pensar en que el partido ante Arabia fue el debut mundialista para muchos de los nuestros; los nervios y la inexperiencia pueden haber afectado la precisión y la soltura para jugar con la pelota. Además hay que subrayar que varios y relevantes jugadores argentinos llegaron a Qatar recuperándose de lesiones o con dolores, entre ellos Messi, Di María, «Cuti» Romero, «Papu» Gómez.
Perder la brújula
Ahora bien, todo lo dicho hasta acá fue tratando de entender por qué Argentina no pudo liquidar el duelo en el primer tiempo, cuando todo parecía a su favor. Sin embargo, cuando repasamos el comienzo del segundo tiempo y repetimos las fotos de los dos goles-golpes de knock out que Arabia propinó en 5 minutos, se nos instala un nuevo «¿Cómo pasó eso?». Allí, quizás, la respuesta esté en que el equipo argentino salió a jugar el segundo período con cierta relajación, sin la concentración al máximo, confiado de que su rival solamente se iba a defender. Eso y dos resoluciones, magníficas e inesperadas, de los árabes pueden ser las razones para que el resultado cambiara rotundamente.
Luego, Argentina perdió la brújula y nunca pudo volver a encontrar el camino por donde ir hacia el gol. Desde el banco no ayudaron. Los tres cambios inmediatos, casi desesperados, de Scaloni contribuyeron a la desorientación y al apresuramiento en el cual cayó el combinado argentino. Y en el apuro, o desesperación, la precisión se vuelve una aguja en un pajar. Por eso el equipo terminó recurriendo excesivamente al juego aéreo, donde no es fuerte, y entrando en la disputa física donde Arabia se sentía vigorosa y fue superior.
¿Qué hacer ante México? ¿Qué se debe cambiar? ¿Cuáles errores no se pueden repetir? ¿Qué se debe mantener?
Scaloni y sus jugadores saben que el duelo contra México será otra historia, seguramente muy diferente. Los mexicanos, dirigidos por «Tata» Martino, buscan tener el control del balón para atacar. Eso puede permitirle a los argentinos encontrar espacios para sus ataques, individuales o colectivos; tendrán que tener mayor movilidad en ataque, estar más precisos y oportunos para aprovecharlos. Pero también, el juego ofensivo de México, puede generarle problemas y sufrimientos defensivos al conjunto argentino; tendrá, entonces, que estar más concentrado, más recio y más intenso a la hora de presionar y marcar.
La «Scaloneta» debe volver a las bases que lo llevaron a moldearse y presentarse como uno de los candidatos cuando llegó a Qatar. Es decir, debe hacer del juego asociado, no dependiente de Messi, su principal herramienta para destrabarse, primero, y para armar un resultado a su favor, después. Ya hemos visto que cuando el equipo se asocia y juega a «olvidarse» que cuenta con Messi, es justamente cuando el astro rosarino más cómodo se siente y más reluce. Y como plus, lo mismo suele ocurrir con «Fideo» Di María.
Los nervios del debut ya pasaron, la conciencia de que todo va a costar mucho trabajo ya está plantada en el plantel, la relajación y la excesiva confianza en sus virtudes ya quedaron atrás para los futbolistas del seleccionado argentino. Arabia Saudita se encargó de sacudirlos y despertarlos. Están jugando un mundial, cada partido es una final y debe ser afrontada como tal. México es la primera final que tienen. Ojalá que en el camino de Argentina vengan cinco finales más.