La invasión de tropas rusas a Ucrania mantiene atento al mundo del deporte y la Fórmula 1 no está exenta de este conflicto. Sobre todo por la incertidumbre que atraviesa el Haas, que tiene como principal patrocinador a la empresa Uralkali, empresa con estrechos vínculos con Vladimir Putin y que tiene a Sergei Chemezov, un aliado del presidente, como principal autoridad.

El equipo adoptó los colores de la bandera rusa y esquivó la censura que rigen las isignias rusas en las competiciones deportivas por una sanción que impuso la Agencia Mundial en diciembre de 2019. Esta vez decidió no jugar con fuego y quitará todos los logos visibles en los autos.

Hasta el momento no confirmó la ruptura definitiva con la firma, pero podría ser el primer paso. «Haas F1 Team presentará su VF-22 con una decoración blanca, sin la marca Uralkali, el Circuit de Barcelona», confirmaron las autoridades mediante un comunicado. 

La situación también afecta a la celebración del GP de Rusia. Previsto para el fin de semana del 23 al 25 de septiembre, aún dentro de unos meses, no está claro que vaya a disputarse. Los equipos van a celebrar una reunión en el Circuit de Barcelona para tomar una decisión al respecto, ante un eventual boicot si la Fórmula 1 decide seguir adelante, pero ya hay varios pilotos (con Sebastian Vettel a la cabeza) que se niegan a ir. Por si acaso, los organizadores del GP de Turquía ya se han puesto a disposición.